El odiado "Dibu" Martínez
O tempora o goles
Javier González-Cotta 16/09/2024 |
No sabría qué decir en principio, pero así, de primeras, el nombre de Damián Emiliano Martínez Romero me remite al de algún que otro célebre gaucho pampero, al de cierto capitán que pudo enviar a la muerte a su batallón en la guerra de las Malvinas, o al de un político del kichnerismo convenientemente corrupto. Hay donde elegir. La fantasía es libre. Pero cuando a uno le dicen que responde al nombre completo del portero 'Dibu' Martínez, enseguida decimos: "Ah, el odiado 'Dibu' Martínez. Haber empezado por ahí, hombre".
Dios me libre de ejercer de 'hater', esa tribu fraguada en la zahúrda de las redes. Pero es verdad que piensa uno en la figura del 'Dibu' y por dentro se le remueve una emulsión como poco malsana. Antes y durante el Mundial de Qatar 2022 ya sabíamos que el portero argentino era un cretino (la rima es involuntaria). Su historial dentro y fuera del pasto verde lo jalonan provocaciones, teatrerías y gestos obscenos. El otro día, tras perder Argentina contra Colombia en un partido cara al Mundial 2026, el susodicho, en un rapto de mal perder, propició un manotazo a un cámara de televisión. Hasta el mal carácter y la altanería tienen su dejo elegante (pienso en Éric Cantona). El último gesto viral del odioso 'Dibu', aunque no provocativo, ha sido de asombro ante el golazo superlativo que marcó el sábado su compañero Jhon Durán para el Aston Villa frente al Everton (el mismo colombiano contra el que perdió en el lance del manotazo). Su cara de asombro ya no la distinguimos de su repertorio de cretineces.
Casi todo lo que haga el 'Dibu' Martínez nos parece tomado de la escuela de Forrest Gump. En efecto, tonto es el que hace tonterías. Por eso el 'Dibu' es el tonto por antonomasia. Lo hemos visto valerse de sus arterías a fin de poner nerviosos a los lanzadores de penaltis. Jamás ha tenido la gracia del gran Bruce Grobbelaar, aquel portero zimbabuo del Liverpool, que fingió estar bebido en los penaltis de la final de la Copa de Europa de 1984 frente a la Roma.
Me cae doblemente mal el 'Dibu' por otros dos motivos si se quiere particulares. Uno, porque es el portero del Aston Villa (el club ahora de Unai Emery y Monchi), uno de los equipos por el que siempre tuve predilección por una simple cuestión cromática (esa conjunción del blanco, el celeste Inmaculada y el color vino). El otro motivo es porque, con sólo pensar en él, destroza uno de los títulos más enigmáticos de la historia de la literatura: 'El miedo del portero ante el penalti', la novelita corta del Nobel Peter Handke. Si al título le ponemos el rostro del 'Dibu', la novela pierde toda su aura.
Creo que habría que remontarse a las 'buyadas' de Paco Buyo para encontrar un caso similar de inquina o su parecido (salvando los casos de Jens Lehman, Oliver Khan y el paraguayo Chilavert). En el Sevilla FC, con su célebre atuendo negro de cuervo con detalles rojos, ya apuntó maneras (sobre todo en aquellos lances ochenteros con Hipólito Rincón). Pero su eclosión volcánica como teatrero provocador y ridículo llegó con el Real de Madrid. Los ya talludos aún recordamos sus batallitas con Paolo Futre y aquel episodio del petardazo en El Sadar de Pamplona. Se decía antaño que Buyo andaba con la cabeza algo desatornillada. No se podría decir esto mismo del 'Dibu' Martínez, al que simplemente le falta la cabeza.