Sí, es Navidad y el Sevilla se ha regalado tres puntos en aclaran un poquito, sin exagerar, el ennegrecido panorama. Del obsequio también disfrutará una hinchada harta de carbón, que no tiene nada que agradecerle a su equipo pero que aprecia esta bombona de oxígeno clasificatorio, y contribuyeron a pagarlo dos factores inesperados: el calendario, que puso delante a un paupérrimo Granada, y el Getafe, que terminó con su incontestable 0-3 del sábado con la etapa infausta de Diego Alonso, al que quizá será injusto recordar como un mal entrenador, casi no ha dado tiempo a verlo, pero de quien nadie podrá negar su condición desesperante de cenizo.

“La mente es la parte más importante del ser humano”, dijo Quique Flores en su presentación. También del deportista profesional. No es un descubrimiento anonadante, no se dejen deslumbrar, pero es bueno que alguien lo recuerde de vez en cuando, por más que a los más quisquillosos les parezca una perogrullada. Y con el cerebro limpio salió el Sevilla a Los Cármenes o, tal vez, para medirse a un rival con la cabecita más contaminada que la suya por unos resultados aún peores. Como si fuera casualidad, el primer golpe de suerte sonrió a los visitantes, que habían empezado el partido con un aplomo inédito: centro-chut de Pedrosa describe una parábola imposible tras rebotar en Ricard y entra en la portería. Con otro entrenador, ¿habría ocurrido tal cosa? Ni en pedo, que dicen en el país de Diego Alonso y del Cacique Medina, otra joya de los banquillos.

En-Nesyri, un tío honrado que no quiso atribuirse la autoría del 0-1, estuvo en la génesis del golazo de Ocampos al robar una pelota en zona sensible. Era, a esas alturas, un Sevilla cómodo gracias a la ventaja y valiente en la presión adelantada de Soumaré, bien escoltado por Óliver Torres, que servía nada más robar a Suso, una luz de clase en la negra noche del Sevilla. El previsible asalto del Granada, con el trío de centrales sevillistas dando alguna muestra de debilidad, en el segundo tiempo podría haberlo conjurado al filo del descanso Pedrosa, cuyo derechazo impresionante pegó en el larguero y botó a un cuarto de la raya.

Se escaparon los nazaríes de la puntilla; no fue más que un aplazamiento. Nada más empezar la segunda mitad, el guante que tiene Suso por pie izquierdo y el martillo que lleva Sergio Ramos en la cabeza ejecutaron al Granada en una falta lateral. ¡Qué centro sedoso! ¡Vaya remate! La escapada fue definitiva, porque los locales no tenían recursos ni moral para intentar la remontada heroica, por más que la desatención nuestra de cada día de Gudelj pusiese a Puertas solo ante Dmitrovic, que le ganó el mano a mano. La comodidad del segundo tiempo fue tal, que Quique Flores se dio el lujazo de mantener la portería a cero con un once epilogal que albergaba a, ojito, Rafa Mir, Januzaj, Marcao y el chaval Manu Bueno, al que le fue revocada una tarjeta roja nada más salir… y no se le pasó el susto hasta que Busquets Ferrer mandó a todo el mundo para casa, que no vean como arreciaba el frío en las faldas del Mulhacén.

Granada CF (0): André Ferreira, Ricard, Miquel, Torrente, Neva (Carreras, minuto 63), Sergio Cruz (Petrovic, minuto 63), Gumbau, Gonzalo Villar (Uzuni, minuto 46), Antonio Puertas (Callejón, minuto 78), Bryan Zaragoza y Lucas Boyé.

Sevilla FC (3): Dmitrovic, Juanlu, Gudelj, Sergio Ramos, Kike Salas, Pedrosa, Soumaré (Marcao, minuto 87), Oliver Torres, Suso (Rafa Mir, minuto 71), Ocampos (Manu Bueno, minuto 71) y En-Nesyri 8Januzaj, minuto 81).

Goles: 0-1, minuto 23: Pedrosa. 0-2, minuto 33: Ocampos. 0-3, minuto 48: Sergio Ramos.

Árbitro: Busquets Ferrer, catalán. Amarillas para Gumbau, Torrente y Manu Bueno.