Un gran plan
Antonio Félix 19/09/2024 |
Durante los últimos años se ha dicho mucho, y al parecer se ha dicho bien, que don Manuel Pellegrini tenía todas las llaves del Betis. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, le han ido saliendo peros a esta aparente verdad universal. Esporádicos episodios al principio, que cada vez se han ido haciendo más notorios, al punto de hacer pensar en un plan superior que, incluso, trascienda al propio Pellegrini. Una herejía con la que el Betis pensara volar hasta más alto que con El Ingeniero. Como, por otra parte, debiera ser.
Solamente hay que ver el nivel de los descartes verdiblancos (Borja Iglesias, Pezzella, Ayoze…sí, descartes) para reforzar a quienes pensamos que, siendo ya magníficos, los éxitos del Betis en los últimos años debieran haber sido todavía mayores. Al cabo, la era del mágico chileno se va a despachar con un título de Copa y un montón de clasificaciones para la segunda y tercera división europeas saldadas con incesantes y sangrantes chascos. Por eso, no deja de tener cierto sentido el elevado plan de los jerarcas béticos, los que realmente tienen, y ahora ya sí en su absoluta propiedad, las llaves de esta empresa.
A Pellegrini se le ha ido molestando tela últimamente con decisiones que, desde fuera, aparentaban provocaciones que no tuviera por qué soportar su deidad, y que motivaran que cogiera la maleta y se fuera a otra cosa. Una suerte de tensión y distensión, un juego de fuerzas que demostraron, por un lado, que tampoco el entrenador tendría mejores destinos que el Betis en este ocaso ya de su carrera y, por otro, que el club manejaba ideas, digamos, más progresistas con que aliviar el trauma del adiós de su técnico. Esta misma temporada ya se anunció una nueva tipología de equipo, más ágil, púber y vertical… en manos de un entrenador no precisamente amante de los jóvenes, a quien hace dos tardes, de una tacada, prácticamente desposeyeron de todos sus jugadores fetiche, los tan veteranos Guido, Pezzella y Ayoze.
Estas cosas, faltaría más, el técnico las ha tomado mal. Y, en ocasiones, le han llevado a adoptar decisiones aparentemente movidas por la ira (¿recuerdan las listas europeas del curso pasado tras la venta de Luiz Felipe?) que, desde luego, no hicieron bien al Betis. El balance general, sin embargo, ha sido tan estrepitosamente favorable que ha opacado los detalles que, en definitiva, habrían elevado la nota en alguna temporada hasta la matrícula de honor. También es verdad que, al final, el Betis siempre ha tenido un detallito con su entrenador. El de este año ha sido Giovani Lo Celso. Casi nada al aparato. Suficiente para calmar aguas y renovar ilusiones. Aunque ya veremos si para alcanzar la cumbre (¿no hubiera merecido este Betis desde hace ya años una clasificación para Champions?) que tanto se le ha resistido al glorioso Ingeniero.