Lo que Lo Celso esconde
Antonio Félix 02/10/2024 |
El abrumador regreso de Lo Celso, un fichajazo a celebrar y reconocer al ignoto director deportivo del Betis, ha tapado un buen puñado de cosas feotas en el club verdiblanco, en el plano deportivo, con el nivelito que han dejado en el equipo más allá del astro argentino, e institucional, donde cabe preguntarse qué ha pasado con ese lema del que hizo bandera la directiva, el dinero en el campo, porque en el campo, el dinero, mucho dinero, no está.
Ya quedó reflejado aquí el estupor sobre el cambio de dinámica observado con la gestión de la caja, coincidente, por casualidad, o no, con un hecho mayúsculo: el momento en que los señores Haro y Catalán se hicieron con la propiedad del club. [Algún día, por cierto, nos informarán sus ilustrísimas del reparto accionarial tras la última ampliación de capital: ¡viva la transparencia en el Betis de los dos béticos!). Antes de la posesión, el Betis se había venido caracterizando por gastar ingentes cantidades con las que reclutó a jugadores muy por encima, en esos momentos, de sus posibilidades, y con quienes forjó los equipazos que tanto éxito firmaron en la era Pellegrini. No es que, entonces, el dinero estuviera en el campo. Es que estaba más del que el Betis podía permitirse.
Desde el año pasado, sin embargo, la tendencia cambió. Y eso que la caja, al fin, comenzó a llenarse. Sumen. El anterior verano se cerró con 40 millones de superávit en el mercado de fichajes. Este pasado, dejó otros 20. Añadan los 125 del celebrado crédito participativo. Y 40 de la citada ampliación de capital, ésa que iba a servir no para que Haro y Catalán se hicieran con el control accionarial del club, sino para potenciar al equipo. ¿Se ha potenciado el Betis más allá de Lo Celso? No. Por supuesto que no. Todo lo contrario.
En comparación con lo que había, el Betis que nos ha evidenciado esta temporada es un equipo peor en la calidad y menor en la cantidad. Se han ido muchas estrellas con diferente medida de sus sustitutos. Lo Celso ha mejorado a Fekir y los defensas se han mostrado a la par de Pezzella y Sokratis. Aunque los mediocentros no hacen olvidar, ni remotamente, al gran Guido Rodríguez, parecen cumplir. Pero se ha cometido la enorme negligencia de no cubrir a muchos idos. La mayor, sin duda, con Ayoze, un futbolista monumental al que el Betis despreció por cuatro duros. Se celebra mucho que Lo Celso tiene al Betis octavo con cinco goles, sin reparar en que Ayoze tiene al Villarreal tercero con seis. ¿Qué hubiera sido de un Betis con estos dos cracks? Vaya sueño perdido.
Menos mediática pero casi igual de grave fue la decisión de no cubrir el hueco de varios jugadores de la segunda unidad (Rodri, Chadi, William José…), que tanto daban al equipo otorgando profundidad durante la larga temporada y metralla en los tramos finales de los partidos, donde tanto se decide en el musculado fútbol moderno. El Betis, ahora, es un equipo menos largo, más sofocado, salvado por la portentosa exhibición de un futbolista bestial. Pero, en suma, el deslumbramiento de Lo Celso apenas ha servido para ganar tres partidos en la Liga, antes tres calamidades, en tu casa y con la lengua fuera. Hay un auténtico pánico a lo que pueda ser del Betis sin su astro argentino, cosa que podremos observar de inmediato en el arranque de la estelar Conference. Tal vez, entonces, el club se viera obligado a poner en el campo más dinero del que ande por a saber dónde. De momento, la conclusión es clara. Recemos para que Lo Celso no se constipe. Y ya, de paso, que Llorente tampoco.