En torno al entorno

Javier González-Cotta
Javier González-Cotta
16/11/2023

El entorno, el famoso entorno. Dice el DRAE que entorno es el ambiente, lo que rodea (a algo o alguien). No se le conoce ninguna acepción aplicada al fútbol. Pero oficiosamente la tiene. Véase si no la siguiente teoría en torno al entorno.

Los equipos de fútbol crean su hábitat (historial, dirigencia, idiosincrasia, arcas). Un club de fútbol es una ciudad erigida en el tiempo (muchas de ellas se pueden descifrar en las maravillosas 'Ciudades invisibles' de Italo Calvino). Pero a lo que vamos. Si un equipo es una ciudad, el entorno es su periferia. Y quien dice periferia, traducido al fútbol, se refiere a sus degradadas afueras. El entorno en un equipo es su cinturón tóxico, lo que contamina, perturba y degrada la armonía en la ciudad intramuros (jugadores-entrenador-directiva-afición). Sé lo que están pensando: en su propio equipo.

El entorno, entendido como excrecencia, da para muchos ejemplos. Pienso, con esto de la guerra en Gaza, en el Beitar Jerusalem, el equipo de Netanyahu y el más popular en Israel (pese a ser muy mediocre). Sus ultras xenófobos crean su perturbador entorno y se jactan de no haber tenido jamás un futbolista de origen árabe en sus filas. Pienso, también, en el entorno pudridor del Barça. Se queja el muy quejoso Xavi Hernández del influjo corrosivo que ejerce ese maloliente muladar que es su entorno. O sea, la roña de la prensa (la misma que en tiempos dijo que el propio Xavi era el cáncer del Barça). Otras veces Xavi se refiere por entorno al catastrofismo paródico, la desconfianza y la crítica por la crítica que suele practicar la afición barcelonista.

El Sevilla FC también tiene su entorno. Vuelvo a Italo Calvino. La ciudad sevillista, erigida en este siglo XXI, reluce a distancia por el repujado de plata que delimita sus contornos (siete Ligas Europa y algo más). Pero, cuando se la observa desde fuera, se aprecia alrededor un halo contaminante. Los argentinos destellos, tan admirados por viajeros foráneos, tienden a cubrirse bajo una boina de halitosis colectiva. Pase lo que pase hay cierto sevillismo que crea su entorno refocilándose en el descontento patológico. Pero hay otro cinturón añadido: el entorno judicializado. Es el humus de los egos y las ambiciones. Sin su polución no se entiende la marcha del club en los últimos años. José María Del Nido Benavente promete que a partir del 5 de diciembre, tras la junta general de accionistas, habrá un nuevo Sevilla bajo su hipotético mando. Da por hecho su asalto a la presidencia por la vía que sea. En redes sociales el gran Ivica Dragutinovic celebra ya la vuelta de "mi Presidente".

Las cosas. El azar ha querido que las dos Españas de la investidura de Sánchez tengan en el Sevilla FC una segunda versión guerracivilista. El Padre contra el Hijo. Del Nido Benavente contra Del Nido Carrasco. El sopor del parón por las selecciones ha teñido la Liga de cierto airecillo de amnistía y plurinacionalidad. De ahí que el Girona FC, el equipo de 'procés' y del ínclito Puigdemont, sea el líder de esta liga en clave plurinacional. Cada ente, patria o club, segrega su propia excrecencia. España crea el entorno que la carcome. Igual que el Sevilla se recrea en la carcundia que lo corroe por dentro. Es el entorno, el famoso entorno. Continuará.


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