Del peor Sevilla de la historia, en Linarejos, Montes Cabeza creó en 1974 el 'Sevilla de la unidad'
Alejandro Delmás 28/05/2024 |
La estrambótica (??) temporada 2023-24 del primer equipo del Sevilla FC -cabría decir de 'la entidad', en general- ha hecho desencadenar las apuestas sobre 'el peor Sevilla de la historia', el que se ha visto -y sufrido- en esta recién liquidada campaña. Obviamente, y por mucho caos sobrevenido... no es así. Descensos a Segunda incluidos -1968, 1972, 1997, 2000...- el corazón de Nervión se estremeció ante temporadas más cataclísmicas, sin que se puedan olvidar las agonías desatadas por la construcción y remate del Estadio 'Ramón Sánchez-Pizjuán', gran joyero del sevillismo y estuche de ese mismo corazón.
Pero hace 50 años justos, en 1974 -exactamente el 26 de mayo de 1974-, concluía en Linares, 'Estadio Municipal de Linarejos' ('Avenida Primero de Mayo', Linares; para 2026 se previene rematar la construcción del 'Nuevo Linarejos')... una temporada que, por datos estrictos, sí cabe registrar como 'la peor en la historia del Sevilla'. Cree uno, vamos.
Esa temporada 73-74, no tan demasiado lejana... un Sevilla en Segunda División se habría visto envuelto en la promoción de permanencia/descenso ¡a Tercera División! en caso de no haberse impuesto por 0-5 en ese partido final del Campeonato de Segunda, en Linares, con dianas de Biri (2), el mediocampista malagueño Francisco Conejo (2) y el grandísimo delantero paraguayo llamado Bernardo 'Baby' Acosta.
Dirigido en ese 'Día del Juicio' por el entonces secretario técnico, el catalán Enrique Buqué, el Sevilla no pudo respirar tranquilo ni siquiera con el 0-1 del descanso en 'Linarejos'; gol de Alhaji Momodo Njie, 'Biri Biri', al cuarto de hora. Pese a batir por 2-1 al Betis el domingo 24.3.1974 (Acosta, 2; Rogelio. Existen imágenes en 'Youtube')... cuatro aciagas derrotas en cinco partidos en un solo mes, entre el 14 de abril y el 11 de mayo de 1974, todas por 0-1, ante Rayo, Córdoba Osasuna y Valladolid habían puesto al Sevilla ante un auténtico paredón. Santos Bedoya fue destituido tras el 0-1 ante el Osasuna del 5 de mayo de 1974, gol de Ostivar en Nervión. Buqué se hizo cargo del equipo, al que ya dirigió en el 4-2 al Tenerife , el 19 de mayo... y ahí ya tocaba jugarse la vida en 'Linarejos', casi como Manuel Rodríguez, 'Manolete' en la cercana Plaza de Toros de la linarense calle Argüelles, en agosto de 1947...
... No se marcó el 0-2 -también, Biri- hasta el minuto 60 y para entonces, los buenos marcadores del Córdoba (4-2 al Sabadell) y el Orense, otros implicados en la eventual promoción, invitaban a mucha incertidumbre. Para depender de sí mismo, el Sevilla necesitó del triunfo casi hasta el ultimísimo instante, modesto 'éxito' que rubricó con los tres tantos finales de Conejo (minutos 72 y 85) y Acosta, el 0-3, en el minuto 75.
Cabe señalar -entre otras cosas- que el Linares CF, colista rematado de la competición, ya se hallaba matemáticamente en Tercera. Pero la pregunta cae por sí sola. ¿Cómo pudo verse aquel Sevilla de 1974, ya presidido por el gran abogado pizjuanista Eugenio Montes Cabeza en esa extrema situación de 'LInarejos'? Pues...
BERRUEZO... Y HAPPEL.- Números en la mano, el Sevilla se había sumido de hoz y coz en las arenas movedizas de Linares durante su segunda travesía seguida en Segunda, después del duro, catártico descenso de 1972.
A finales de diciembre de 1972 se abrió el periodo electoral para la presidencia, previa renuncia irrevocable de José Ramón Cisneros. José María del Nido Borrego, padre de José María del Nido Benavente y abuelo de José María del Nido Carrasco, fue animado a presentarse, con respaldo de varias peñas. Pero Del Nido Borrego se retiró de la carrera presidencial en cuanto se enteró de que Eugenio Montes Cabeza (1915-2008), reputado jurista de la directiva de Ramón Sánchez-Pizjuán y discípulo del gran presidente -cuyo féretro, Montes incluso había portado a hombros en octubre de 1956- se hallaba dispuesto a tomar la presidencia del club. Así, Del Nido Borrego retiró su candidatura para apoyar sin fisuras a Eugenio Montes, que fue elegido por aclamación en el Teatro Cervantes, en la noche del 26 de enero de 1973, viernes.
Desde esa noche de la aclamación (en la que se conocería como 'Asamblea del señorío sevillista') y desde el mismísimo arranque de 1973, ya como presidente del Sevilla, Eugenio Montes (con Gabriel Rojas y Luis Cuervas como 'hombres fuertes' en su primera Junta Directiva, más Paco Ramos, Felipe Martínez, Enrique Rosendo, Modesto Artacho, Francisco Jiménez Becerril, etc...) llamó a 'la unidad del sevillismo'. Las circunstancias no acompañaban; el equipo no hallaba rumbo en la Segunda 1972-73, el Betis viajaba 'arriba', en Primera -aunque descendería en mayo de 1973- y para colmo, el 7 de enero de 1973, hizo detonación un explosivo que devastaría al sevillismo: el fallecimiento repentino de Pedro Berruezo sobre el pasto del Estadio Municipal de 'Pasarón', en Pontevedra.
Con el antiguo exiliado republicano -ex aviador militar y ex entrenador del Barcelona y seleccionador nacional- Salvador Artigas en relevo de Juanito Arza, el equipo apuntó cierta reacción, pero ya vino demasiado tarde. No bastó el cuarto puesto final, con 44 puntos, y a cuatro del tercero, Racing de Santander, último de los tres que subían a Primera (los otros, Murcia y Elche). Y se daba paso al 'año de Linares': 1973-74.
La dantesca muerte de Berruezo operaba a la vez como trauma y como 'escudo de argumentos' ante todos los desastres, bajo el amparo de la 'ola de desgracias que sacude al club'. Pero Montes, siempre con alma 'operativa', como de director ejecutivo y de firmes decisiones... tenía otras ideas. A pocos ocultaba Don Eugenio que 'el club tiene un triple problema, deportivo, económico y social'.
Bajo la idea de regresar a Primera cuanto antes, Montes no pudo cuajar contactos con entrenadores tan de fama como Helenio Herrera y Miguel Muñoz -que no querían trabajar en Segunda; de hecho, Muñoz seguiría aún por poco tiempo en el Real Madrid de Bernabéu-, Roque Olsen, Felipe Mesones, Lucien Muller, Andoni Elizondo... hasta que al fin se firmó al ex internacional austríaco Ernst Happel; auténtico mito en Austria -hoy, el Estadio nacional de Viena, 'Prater', se llama 'Ernst Happel'-... que en 1971 y 73 había hecho campeón holandés al SC Feyenoord de Rijsbergen, Van Hanegem, Treytel, Kindvall... Janssen. Eugenio Montes quería anticipar en Happel a 'un nuevo Max Merkel'.
Y Happel llegó en el verano de 1973 bajo este lema para el Sevilla: 'Trabajo, trabajo y trabajo... mentalidad, carácter y disciplina, el Sevilla ha de ser un 'todo' absoluto de carácter, dedicación y esfuerzo." Primer gran problema; el técnico centroeuropeo no hablaba absolutamente nada de español. Se le puso un intérprete, Fernando Boán. Happel rechazó el fichaje del 'Bambino' Héctor Veira, presunto 'crack' argentino -más adelante, técnico de fama- recomendado por Carmelo Faraone. El Sevilla no pudo atar para Segunda al gran mediocampista internacional albiceleste Miguel Ángel Brindisi, de Huracán -que acabaría en Las Palmas- y al fin se contrató a Víctor Espárrago y, desde el Boldklubben 1901 danés, a Alhaji Momodo Njie, 'Biri Biri', a quien su representante, el onubense Juan Ramón Rodríguez, también había ofrecido a un Betis que, con Ferenc Szusza a los mandos, iba a ser campeón de aquella Segunda 1973-74. Sin embargo, el respetado criterio de Paco Ramos convenció a Happel y Montes para que Biri fichase por el Sevilla.
¡36 JUGADORES!.- Hablamos de un Sevilla listo para 1973-74 que presentó a ¡36 futbolistas! en el primer plantel, con Biri, Espárrago, Garzón, Guerrero -dos en el servicio militar y otras adquisiciones: Sebastián Fleitas Miranda -primo de Acosta, yerno de los actores Fernando Rey y Mabel Karr-, Jesús Martínez Jayo (Fleitas y Jayo desde Real Madrid/Nimes y Atlético), el cartagenero Pepe García Murcia... a cambio, Blanquito y Manolín Bueno se iban al Cádiz; Isabelo, al Racing de Santander, Juan Antonio fichaba por el Celta; el defensa central Emilio Antonio Pazos, por el Murcia. Hubo carta de libertad para Lamata, etc.
Pero la falta de entendimiento con Happel -por idioma, carácter y métodos- se detectó desde el principio. Valórese cómo podría ser un vestuario de 1973 en España... ante un estudioso 'sargento de hierro' que vivía en su mundo de disciplina, teorías y glorias... pero que carecía de la menor idea del idioma o del talante español.
En decisión casi de 'harakiri', Happel decidió segregar al numeroso plantel sevillista en dos bloques; uno, el de los presuntos titulares, trabajaba a sus órdenes directas. El otro grupo se iba con los técnicos ayudantes. Y esto fue algo que puso entre la espada y la pared a los capitanes, los internacionales Enrique Lora y Juan Hita.
Pese a cierto 3-0 que le endosó el Betis de Szusza, en Heliópolis, el 11.11.73 (sin Acosta en el equipo; Baby Acosta nunca perdió con el Betis), tanteo que colocaba líder de Segunda al Betis y dejaba al Sevilla undécimo (16-10 en puntos)... el Sevilla de Happel se mostraba bastante sólido en Nervión, aunque bastante opaco en los viajes. Hasta que, en todo este caldo de cultivo y poco después de sendos empates caseros con los modestos San Andrés y Linares (0-0, 3-3, sendas dianas de 'Tolo' Plaza para los 'azulillos' de Linares), el 18 y el 25 de noviembre de 1973... Happel no sobreviviría como entrenador del Sevilla al viaje a Baracaldo, el 16 de diciembre de 1973, con derrota del Sevilla por 1-0 (tanto de Larreina).
Todo sobrevino, tal como nos recuerda Enrique Vidal, a causa de un incidente de Happel con el delantero José Miguel Urionabarrenechea Marquínez, 'Uriona', vizcaíno de Echevarría, que había jugado -y triunfado- con el Baracaldo y hacía muy pocos meses contra el Sevilla. En plena cena de vísperas, Happel, con duras palabras, anunció una multa de 2.500 pesetas de la época (como 16 euros de hoy...) para Uriona; por retraso de un cuarto de hora para esa cena. Uriona, de la tierra vasca, había estado de aperitivos con amigos y familiares.
Eugenio Montes se enteró del asunto en cuanto que le telefonearon afanosamente los directivos 'expedicionarios' Ramos y Álvarez Broquetas. También intervino Enrique Lora, como capitán. Todos pidieron a Happel 'comprensión' y la rebaja o anulación de la multa a Uriona. En vano: 'Que hagan la alineación entre Montes y Lora'. Esta fue la réplica de Happel, que se sentía fuera. Jugó Uriona, los 90 minutos (Lora, ya con lesión de rodilla, fue relevado por Julián Rubio en el descanso), pero Happel, en efecto... estaba 'fuera' y más tras la derrota por 1-0 en el humilde 'Lasesarre'.
Se despidió al entrenador austríaco 'ipso facto', no bien el equipo regresó a Sevilla y se nombró para el cargo al exjugador Santos Bedoya. En la 'Hoja del Lunes', el entrañable, queridísimo Ignacio García Ferreira, 'Igarfe', analizó: "Happel ha tenido en el Sevilla un adversario fundamental, la falta de comunicación directa con los jugadores, con el desconocimiento absoluto del idioma y la carencia de una mentalidad de comprensión..."
El resto fue un 'querer y no poder, entre lesiones tan constantes como graves: Jayo, Espárrago, Rodríguez, Hita... y Lora, que arrastraba calcificación en la rótula por el plantillazo en la rodilla que le había propinado el defensa internacional exbarcelonista Eladio, en el Hércules-Sevllla de 1972-73, en Alicante. Se le quedó al internacional de La Puebla una microfractura calcificada en la rótula que le hizo pasar por el quirófano, lo que le limitaría a 21 de los 38 partidos de Liga en 1973-74. Enrique Lora... no jugaría en 'Linarejos'.
PLAZA, AL SEVILLA.- Al fin, el 26 de mayo de 1974, hace 50 años cabales, el Sevilla escapó en el 'Campo de Linarejos' -según nos muestra la entrada del partido- a una ruina histórica, todo angustia ante el equipo de otro exsevillista, el técnico murciano Carlos Galbis. Descendido matemáticamente de sobra, el Linares contaba con diez hombres nacidos en la capital o en pueblos de Sevilla: Torres, Santos, Tarriño, Castillo, Pedraza, Antoñele, Crispi, José Luis, Naranjo y el ya fallecido coriano Sebastián Suárez, 'Taíto', padre de María José Suárez, 'Miss España-1996'. Bastantes de esos jugadores habían vestido camisola sevillista. Galbis alineó a... siete sevillanos. ´
Linares se llenó de sevillistas. Iban entre tensión y esa misma angustia que al final disiparían los cinco goles de Biri (2), Conejo (2) y Acosta. Enrique Buqué alineó en el Sevilla a: Rodri; Juanito, Martínez Jayo, Sanjosé; Catalán, Costas; Biri (Merayo, m.73), Pablo Blanco, Acosta, Conejo y Fleitas (Uriona, m.62).
De inmediato, el Sevilla de Eugenio Montes concretó la adquisición de Bartolomé, 'Tolo' Plaza, punta del Linares de Galbis, nacido en La Carolina, muerto en 2000... y que en su primera temporada como sevillista, 1974-75, marcaría cinco goles en el retorno a Primera del club de Nervión, tras 1456 minutos de juego. Formado en la cantera del Real Madrid, Plaza había vivido años de cesiones: Castellón, Linares... jugó 44 partidos con el Sevilla hasta una grave rotura del tendón de Aquiles.
Tras intentar rehabilitarse en Recreativo de Huelva y Sevilla Atlético, Plaza se fue en 1978 al Algeciras, para al fin regresar a Linares en despedida de carrera (1982). Entrenó al Málaga en 1997, hizo campeón de Segunda B al Real Jaén... y falleció tempranamente en junio de 2000. El Estadio de la 'Ciudad Jardín' en La Carolina se llama hoy 'Tolo Plaza'. Un notable defensa sevillista, el fallecido Mariano Pulido también jugó en el Linares entre 1982 y 1986.
EL 'SEVILLA DE LA UNIDAD'.- Tras estas fatiguitas de muerte y cuando, relata Enrique Vidal, 'la crispación se había instalado en el ambiente, el sevillismo aparecía dividido y la institución se despeñaba' (¿suena de algo...?), un periodista del calibre de José Antonio Blázquez dictaminó en 'ABC de Sevilla': "En el Sevilla 73/74 han fallado la suerte y el ánimo... el Sevilla está en un momento acentuadamente difícil, en trance rigurosamente penoso. Pero a esto no debe añadirse el dramatismo de la tragedia... el Sevilla es hoy un árbol caído que hay que levantar, no madera muerta para trocear a hachazo limpio, para hacerla llamear con los dimes y diretes... el Sevilla sin suerte de este año reclama únicamente eso: unidad. Todo lo contrario resultaría algo así como darle hacia atrás a la película para ver de nuevo en la pantalla a muchos personajes conocidos."
El 10 de junio de 1974, lunes, con la contratación de Roque Olsen como entrenador ya rematada, Eugenio Montes convocó Asamblea General del Sevilla en el teatro Lope de Vega; de modo insólito, la Asamblea 'montista' se planteaba con un solo punto en el orden del día: 'Informe sobre la situación deportiva de nuestra sociedad'.
Extracto del discurso del presidente Eugenio Montes Cabeza en el Lope de Vega, el 10.6.1974, con casi todos los 'tics' de forma y fondo que acompañaban los textos de Blázquez: "Y para terminar, un llamamiento, recordar un deber, expresar un grito que es casi de socorro. Sevillistas, este edificio del Sevilla lleva años en ruina. Hasta ahora, sólo se ha intentado apuntalarlo, pero se nos puede venir al suelo... yo quisiera ser un titán para con mis brazos mantenerlo en pie, pero sin la unión de todos no puedo... en su estructura ha hecho presa la carcoma de la soberbia, de la envidia, de la vanidad. Ayudadme, sevillistas, o mejor dicho... ¡ayudad al Sevilla! Hacedlo para que, con la unión de todos (...) los sevillistas de buena fe podamos, robusteciendo el edificio, hacerlo nuevo y algún día culminar esta obra en sus alturas con el remate de una bella espadaña como tantas se ven en esta bendita tierra
Aquí, en el 'Lope de Vega' y sobre este pedestal se comenzó a construir el proyecto de regeneración del 'peor Sevilla de la historia'... que éste sí que lo fue, cree uno. Pero, desde enero de 1973 a febrero de 1984, Eugenio Montes, 'Don Eugenio' sería un magnífico presidente... y no sólo para los sevillistas (...), aunque esta añadidura ya sería larga de relatar y tendrían que hablar los muebles de su despacho en 'Melco'.
Para empezar, en 1974-75, la mano de Montes promovió a Paco Gallego al Sevilla desde el Barcelona y selló el retorno del equipo a Primera, bajo dirección técnica de Roque Olsen, indiscutible 'experto en ascensos'... del que sólo se temía si podría 'quemar' aún más a la plantilla. En el verano de 1975, Montes consumó el fin de las obras de cierre del Estadio 'Ramón Sánchez-Pizjuán'.
En diciembre de 2006, aún vivo, el presidente José María del Nido Benavente le hizo entrega a 'Don Eugenio' del reconocimiento oficial como 'Socio Número 1 del Sevilla'. Eugenio Montes Cabeza se nos fue el 30 de junio de 2008, a los 92 años de edad. Informó 'ABC de Sevilla', el 1 de julio de 2008: "Con la muerte de Montes Cabeza se va el último discípulo de Sánchez-Pizjuán... siempre se declaró 'pizjuanista' porque para él, como para todo el sevillismo, nadie como Don Ramón; El calendario ha querido hacerle un guiño y para él su contrato con la vida expiró ayer, un 30 de junio..."
Y así, entre 'Linarejos' y 'Don Eugenio' Montes Cabeza concluyó la historia del 'peor Sevilla de la historia'... transformado en el 'Sevilla de la unidad'. Pero qué sabrá uno...