La pringá de los señores

Vía de Escape

Yo, un cortao; mi amigo una pringá; "y yo un desgraciado, pero no pasa nada", decía un camarero ante la comanda de un parroquiano. Pues bien, anda el entorno verdiblanco agraviado, con el Cid Campeador verdiblanco al frente, señalando a estos malos periodistas que no trabajamos en un medio dopado por el poder pero que por nuestra maldad y falta de principios no decimos que lo de Acuña, y posiblemente lo del Montiel, no es que sea la pringá por la que fue a la Premier League Álex Moreno. Que va, lo de Acuña, si se confirma, que tiene que pasar el reconocimiento médico todavía, es el chusco duro y ya verde de moho que quedó de la pringá pasadas dos semanas al sol. Es una auténtica porquería. Lo del Sevilla especialmente es para verlo.

Lo de los equipos sevillanos con sus campeones del mundo ha sido de traca. Ni más ni menos que Papu Gómez, Montiel, Acuña, Guido Rodríguez y Pezzella, cinco campeones del mundo, han dejado los equipos sevillanos costando el dinero. Increíble. Cada uno tiene su cosa y vamos a escuchar, dependiendo de quién lo diga, que si la abuela fuma, que si uno está lesionado, el otro es un caradura, que si un tercero quería regresar a la patria... En fin, que sí, pero que NO.

Y si eso pasa en las salidas, a ver si Víctor Orta, y Manu Fajardo o sus jefes, traen a Sevilla a otros cinco campeones del mundo a ese precio, tocando a los jugadores que seguro que estarán en esas condiciones que debilitan al vendedor hasta ponerlo de rodillas. Pero luego resulta que Agoumé, Marc Roca o Diego Llorente han costado más dinero que el póker de campeones del mundo todos juntos, en la salida, porque para llegar, sin ser campeones del mundo, sí que costaron lo suyo. Es para no tomarse el mercado en serio.

Pero volvamos al manjar, a la pringá. ¿De verdad pensaba el entorno y su capitán que no se iba a afear la operación de Acuña y otras que están por perpetrarse? Por favor. Lo malo es que mi apreciado Cid Campeador, porque es verdad que lo aprecio, sabe perfectamente quiénes están o no comprados en este proceloso mundo de la comunicación. Él sabe y por tanto debería callar, no vaya a ser que se cuenten todos los detalles de las relaciones entre dirigentes con intereses en medios de comunicación y clubes.

Todos los que estamos en esto sabemos perfectamente lo rentable que resulta ahora lo del perro como carne de perro. Uno se pone en 50.000 seguidores rápido si parece denunciar una corrupción periodística que se deja caer que existe. Lo mismo me apunto a esta manera facilona de conseguir clicks. Ya veremos. Tiempo, desde luego,